martes, 17 de mayo de 2011

“No hay espacio arquitectónico sin algo que tenga lugar ahí: no
hay espacio sin contenido”
Bernard Tschumi





A lo largo del año se proponen dos unidades temáticas, CIUDAD DE LA ARQUITECTURA, con 
acento puesto en la ciudad como ámbito de sociabilidad y soporte de la arquitectura, y, 
ARQUITECTURA DE LA CIUDAD, con énfasis en el espacio arquitectónico como contenedor 
colectivo y configurante del espacio urbano. Estas dos unidades temáticas articulan dos escalas de intervención en un mismo lugar, e incididas por las Artes Urbanas como hilo temático: la  primera, “CIUDAD DE LA ARQUITECTURA”, se ubica en el marco de la Estrategia de Intervención del Sector Urbano para el Barrio Güemes ----acordada en sus criterios generales con las Cátedras de Paisaje y Urbanismo---- incluye la escala de intervención 1, “Estrategia del Tejido Urbano”, que implica una propuesta de distribución de usos y ocupación del Territorio (propuesta de masas) en los recorridos provistos por el Taller de Arquitectura para cada Terreno y que supone un grado de aproximación (zoom) sobre ese fragmento del sector arribando a una propuesta de diseño del Espacio Público y Paisaje Urbano, con prefiguración de llenos y vacíos; y, la escala de intervención 2, “Estrategia Proyectual del Equipamiento” que supone un mayor grado de acercamiento (zoom sobre el zoom anterior) e implica la propuesta del Equipamiento Social —considerado el tema central del año— en el marco del desarrollo, a nivel de ideas urbanas, del contexto inmediato de inserción.

La segunda, “ARQUITECTURA DE LA CIUDAD”, incluye la realización posterior de la escala de intervención 2, “Estrategia Proyectual del Equipamiento”, específicamente sobre el desarrollo profundo del equipamiento Social a nivel de anteproyecto.
Enfoque1
Los barrios pueblos mantienen una de las reservas de tejido histórico más homogéneo, continuo y mejor conservado de la ciudad que preservan, además, gran parte de los rasgos de identidad. Bajo esta óptica los tejidos tradicionales remiten al concepto de áreas de oportunidad: “En la medida que los problemas de la ciudad se singularizan las políticas urbanísticas sectoriales se convierten en unos agentes privilegiados para reconducir un proceso de transformación que la ciudad reclama”, dice Busquets (1999), los proyectos urbanos “… se nos muestran como los instrumentos de discusión del nuevo esquema de infraestructura de la ciudad, de la reordenación de los espacios obsoletos, de los vacíos intersticiales existentes entre partes urbanas muy hechas que ofrecen un notable potencial como áreas de transformación que pueden acoger actividades y usos complementarios al terciario tradicional”. Es en la voluntad planificadora donde el Proyecto Urbano, en tanto instrumento para intervenir de manera directa sobre el espacio urbano, se constituye en una
herramienta de gestión y por ende de transformación dirigida. El desafío es indagar sobre la articulación entre los procesos de crecimiento en la ciudad construida y los instrumentos de Planificación capaces de direccionar y traccionar hacia renovaciones integrales y pro-activas de los tejidos tradicionales. En el caso particular de Güemes surgen una serie de acciones factibles de propiciar a la hora de intervenir en los tejidos consolidados de la franja que arbitrariamente hemos definido para esta escala de intervención:
 Recuperación del tejido físico revirtiendo las tendencias de deterioro y abandono. Incorporación al tejido de vivienda de nuevo tipo y usos compatibles.
 Densificación edilicia apropiada con un mejor aprovechamiento social del suelo urbano.
 Recuperación del tejido deteriorado en el marco de la puesta en valor del patrimonio urbano/arquitectónico.
 Incorporación de usos mixtos que completen los ya existentes, dando respuesta así a las necesidades detectadas. Albergándolos en nuevas tipologías no tradicionales, Refuncionalizando estructuras existentes, y/o incorporándolos en tipologías tradicionales existentes.
A modo de reflexión, se proponen los siguientes interrogantes sobre la manera específica que debería asumir la renovación en los tejidos tradicionales, además de definir aquellas variables del espacio-urbano construido tendiente a una intervención programada en un marco de actuación específica: ¿Cómo renovar en tejidos cualificados y de fuerte componente identitario?; Cuales son las variables de nuevo tipo que deben guiar y conducir una renovación urbana?; ¿Cómo se definen los operativos urbanos arquitectónicos en estas áreas consolidadas?; ¿De qué manera se articula la intervención físicas-identitarias con programas socio-económico de planificación?
Es preciso reflexionar y debatir sobre el destino del sector, en el marco de una propuesta de gestión urbana sustentable que permita reconstruir su tejido social y urbano tradicionalmente heterogéneo, aportando a la revisión de los procesos de segregación residencial y fragmentación social actualmente en desarrollo, y aprovechando las capacidades ya instaladas en el barrio, de forma que continúe siendo un verdadero lugar —en oposición a la idea de no-lugar— con vida. Demarcando un sector urbano específico, como es el caso que nos toca, de fuerte identidad socioespacial se propone focalizar el estudio de la renovación a fin de arribar a pautas de intervención, detectando aquellos elementos formales específicos de lo urbano que deben potenciarse / conservarse o renovarse. En un enfoque del propio espacio en movimiento, como continuidad y cambio permanentes. Es indagar esta renovación en acuerdo a los nuevos paradigmas de la ciudad construida, Lo Simbiótico: entre espacio social/ espacio urbano que conduce a la integración social; Lo Simbólico: que permite múltiples identidades y Lo Sostenible: que lleva a la integración ambiental, que en conjunto sintetizan y estructuran los siguientes conceptos-tópicos: El espacio urbano, en tanto espacio construido presenta un conjunto de elementos físicoespaciales que lo configuran y están afectados a renovación, reconociendo las características tipológicas, urbanas y sociales de los mismos.
El espacio social, características poblacionales y formas sociales de ocupación y uso del espacio urbano. El derecho a la ciudad y el derecho al barrio como las nuevas referencias de construcción ciudadana, el derecho, en tanto habitante de la ciudad, a desarrollarse en un ambiente urbano digno, y por ende todas las cuestiones que articulan población, espacio urbano e identidad. Aspectos normativos, la Gestión del Espacio Urbano en los procesos de renovación urbana en escalas micro, los nuevos instrumentos —participación ciudadana, recupero de plusvalía, etc. — y la redefinición de la normativa urbana —plan de sector, plan particular y/o plan de barrios— a partir de la consideración de la especificidad y del proyecto urbano como instrumento. Aspectos ambientales, cuestiones que involucran a la adopción de criterios de Sustentabilidad y Habitabilidad urbana, que redefinen el concepto de hábitat y que obligan a considerar las nuevas intervenciones de transformación de la ciudad bajo estos nuevos aspectos. Escalas de Intervención En términos generales, se propone asumir la “Estrategia de Intervención del Sector Urbano para el Barrio Güemes”2 ----con los lationamientos pertinentes---- provista por el Equipo docente como plataforma común para el conjunto del Taller de Arquitectura 4B en tanto marco de intervención para las distintas escalas. El Sector Urbano y la Estrategia de Intervención se desarrolla en Barrio Güemes,  más precisamente en el polígono definido por Boulevard San Juan al Norte, Calle Mariano Moreno al  oeste, Avenida Pueyrredón al sur, y Avenida Vélez Sarsfield al este. Se proponen una serie de áreas homogéneas en función de sus usos, densidades y perfiles: Así aparece una franja de manzanas entre las calles Montevideo al sur y Bvar. San Juan al norte, de alta densidad, de uso predominantemente residencial, con mixtura de servicios y comercios en planta baja (intersectorial sobre San Juan, y sectorial sobre Montevideo). Una franja de manzanas entre la calle Fructuoso Rivera al Norte y Av. Pueyrredón al Sur, en la que se propone una mixtura de edificios residenciales de alta densidad en torres y equipamientos sociales alternados. Un sector de densidad media y media baja, constituido por macro-manzanas resultantes de re-unir las actuales preservando las características espaciales existentes, con uso predominantemente residencial y mixtura con servicios, comercios barriales. Finalmente, áreas especiales producto de mantener el tipo de ocupación y
usos que actualmente poseen, Observatorio, equipamientos, Tribunales. Se propone un sistema de movimientos con tres jerarquías, destacándose las vehiculares restringidas superpuestas sobre las calles que quedan al interior de las macro-manzanas.Las densidades y perfiles propuestos, con excepción de las macro-manzanas, coincidentes con la normativa vigente, apuntan a preservar las características espaciales identitarias. Se propone, por otra parte, promover la extensión de los usos culturales que en la actualidad le dan
una impronta singular al barrio y la incorporación de equipamientos educativos que reciban la nueva población. Por último, y sobre la base de lo existente, articular un sistema de espacios públicos y verde que potencie la apropiación por parte de los vecinos en pos de alcanzar un sistema integrado, democrático, plural y diverso.
Escala 1 (zoom sobre el polígono anterior, sobre los dos recorridos provistos: 1- calle Laprida, entre calles Mariano Moreno y La Cañada; y, 2- calle Achaval Rodríguez, entre calles Arturo M. Bas y Avenid Vélez Sarsfield): Se trata pues de intervenir en estos fragmentos definiendo usos emergentes del contexto —comerciales, de servicios, de esparcimiento, residenciales y otros no tradicionales o nuevos que surjan del estudio del sector—, mas el tema principal, artes urbanas, mas el tema complementario, vivienda, con todo lo cual se llega a una propuesta de programa de usos tendiente a saturar el área (en el sentido que mejor se considere) y su correspondiente propuesta de ocupación del Territorio, con una prefiguración volumétrica (propuesta de masas). A modo de ensayo, con la idea de profundizar la estrategia anterior, interviniendo con los usos propuestos en el tejido existente con un mayor grado de definición en cuanto a modo de ocupación e involucrando el diseño del espacio público y el paisaje urbano.
Escala 2 (zoom sobre el fragmento anterior, tomado como unidad espacial cada una de las dos manzanas dadas: Manzana 1, delimitada al norte por calle Montevideo, al este por M. Fragueiro, al sureste por Pje. Benjamín Gould, al sur por San Luis y al oeste por Artigas; y Manzana 2,  elimitada al norte por Achaval Rodríguez, al este por S. Bolívar, al sur por Fructuoso Rivera, y al oeste por Arturo M. Bas): A modo de concurso público de Ideas Urbanas para dicho Sector y edificios complementarios y de Anteproyecto para la Escuela de Artes Urbanas, definida como el equipamiento social principal. Se trata del desarrollo de los usos previstos en las etapas anteriores en este sector particular en el que deben incluirse viviendas colectivas y otros usos. Artes Urbanas, con Arquitectura Emergentes callejeros
El concepto que fundamenta este abordaje es el de ambiente.Trabajar con la noción de lo urbano no como mero proyecto, sino como ambiente, implica una percepción que observa los movimientos y desplazamientos de la cultura y de los comportamientos que construyen aquello que vemos como la ciudad. La toma de los espacios de la ciudad por intervenciones artísticas, siempre implica la creación de “estados de ruptura” de lo cotidiano.
Así, la intervención artística se inserta en la lógica funcional de la ciudad, deslizamientos momentáneos que pueden subvertir procedimientos cotidianos.
Teatro de Invasión: redefiniendo el orden de la ciudad.
André Carreira.


Entendemos el tema, no como una formulación más o menos abstracta de una actividad o conjunto de actividades que tienen un requerimiento espacial al cual le damos una respuesta desde la arquitectura. Tampoco como el enunciado descriptivo de un equipamiento tradicional al que le damos respuesta desde una tipología tradicional. Lo entendemos en consecuencia como tema – problema. Esto es, una problemática surgida de la realidad, de la época, de las condiciones del contexto. De los contenidos sociales de la época. Pero en un contexto singular, singularizado geográfica y antropológicamente. Así, nuestro tema – problema surge de la intersección de tres tsferas: la esfera de la juventud, la esfera de la educación para el trabajo, la esfera del barrio. La juventud no en el sentido de aquella etapa natural de la vida en la que por razones biológicas, una persona tiene las características físicas del adulto sin su desgaste. Sino, como condición que se articula social y culturalmente en función de la edad, con la generación a la que se pertenece, con la clase social de origen, y con el género. (MARCELO URRESTI). Educación para el trabajo como oportunidad de adquirir conocimientos y habilidades útiles, para lograr mejores condiciones de inserción laboral. Una formación práctica y con contenidos motivadores como oportunidad de adquirir habilidades técnicas y de gestión; la compensación de los déficit en habilidades básicas; y la contención, socialización y desarrollo de competencias sociales. (GALART – JACINTO – SUAREZ). El barrio, más que como espacio de lo doméstico, como espacio social más amplio, en tanto mediador entre el mundo privado de la casa y el espacio público de la ciudad. Sociabilidad más amplia y más profunda; como forma de vida en común – unidad: se asume, se vive. Ámbito en el
que resulta unificada la conciencia espacial de los que lo habitan. (MARCELO URRESTI).
Del análisis de estas esferas y su intersección emerge como una alternativa de tema – problema para pensar e intentar dar respuesta la idea de las artes urbanas. El barrio comienza ya a tener una cierta historia y trayectoria de expresión corporal, de teatro, de danza. Desde hace tiempo, ya se multiplican ámbitos en los que se desarrollan estas prácticas, que incluso, trascienden los límites espaciales del barrio. Los jóvenes están, como en todos lados, viviendo su presente, viviendo su problemática de mayor o menor inserción, en un país que sale de una profunda crisis y que aún no termina de contenerlos. Las artes urbanas ofrecen la posibilidad de una educación disciplinar y n oficio, que como se dijo completa la educación y ofrece una posible salida laboral.
Por eso una Escuela de Artes Urbanas como un centro juvenil de encuentro, expresión y trabajo.
Una escuela con el objetivo de desarrollar un programa de inclusión social que integre la educación, el arte y la organización social como medios para la promoción y el desarrollo grupal ei ndividual. Orientada además, a facilitar el fortalecimiento de la identidad y su inserción en el mercado laboral, por medio de la adquisición de conocimientos y desarrollo de nuevas  capacidades. Las artes urbanas buscan en la calle al ciudadano para hablarlo desde los cuerpos de los actores, desde la murga y desde las paredes. Con humor, ironía, destreza corporal en un mundo de cuerpos-imágenes, con presencia física en un mundo mediatizado, con energía colectiva, con color, alturas, música y baile. (ESCUELA DE ARTES URBANAS ROSARIO).Una escuela que lleve adelante el proceso de enseñanza - aprendizaje articulado con la investigación y la extensión, y muy particularmente con el trabajo.


Desde esta perspectiva, a modo de marco conceptual general, es que las artes urbanas dentro de sus objetivos fundamentales tiene el de romper barreras de pertenencia, es decir, lograr a través del aprendizaje y práctica de artes de tipo urbanas o callejeras, contextos superadores en relación a situaciones de integración y cohesión social, dentro del complejo heterogéneo de la sociedad contemporánea. La práctica y puesta en escena de este tipo de artes así entendida es el medio por el cual este objetivo (que la trasciende) puede encontrar una plataforma real de actuación, en un tiempo y lugar determinado.
Las artes urbanas así concebidas tienden, dentro del conjunto de la población, a construir y consolidar su identidad, a través de construcciones colectivas que definen y orientan sus prácticas sociales y políticas de manera que mejoren su calidad de vida.
La arquitectura que contiene y da forma a esta vía de expresión social, tiene características claras y particulares que la ubican también como referente social comunitario. Su carácter identitario, integrador y de cohesión definen un tipo de edificio social a escala urbana desde el cual se pueda lograr el óptimo funcionamiento de un conjunto de actividades que tienen en lo versátil y dinámico su principal objetivo espacial. Esta arquitectura debe concebirse con altos estándares de calidad, durabilidad y capacidad de adaptación a nuevos requerimientos. Esto habla de una arquitectura racional, sustentable y que logre con las condiciones propias del lugar una síntesis innovadora para la gente y la ciudad.
Las artes urbanas en su lógica conceptual, tiene a la ciudad toda como campo de práctica.
Esto significa que este tipo de manifestación cultural requiere distintos tipos y escalas de espacios (cubiertos y descubiertos) para su óptimo funcionamiento.
La ciudad entendida como espacio público global, la cual se estructura en espacios públicos abiertos y cerrados; públicos y privados, nos permite generar una red de actividades culturales que den cuenta de las diferentes necesidades y déficit en relación a las distintas escalas urbanas de la ciudad. Esta red de actividades culturales según necesidades particulares de la población en cada sector de la ciudad, solo funcionan si existe una política pública integral que las contenga y las permita en el tiempo.
Esta política cultural estatal debe estar diseñada desde una integración interdisciplinar, que permita un anclaje real con las condiciones socio-culturales de cada ciudad y de cada sector de la ciudad en si. Hay que tener en cuenta en todos los casos que la cultura es uno de los medios por el cual se podrán desarrollar los objetivos de los planes sociales de integración de la población toda. Es por esto que los equipamientos culturales deben, desde su concepción inicial, entender que se está diseñando una tipología de carácter integral. Se entiende con esto que la integración no es solo de personas con personas sino también de la ciudad en sí misma. Cuando se integra socialmente lo que cada individuo trae para sumar es su condición social y cultural y en ello está impregnado su lugar de origen, su espacio físico (su barrio, su calle, su casa). 
Esto es su condición de pertenencia, esto es lo que se debe romper como primera instancia para que se logre una real integración. Aquí radica la gran importancia social que desempeñan estos equipamientos públicos, la de poder lograr amalgamar en una unidad espacial las distintas condiciones de pertenencia con que llegan las personas. Cada espacio propuesto con un uso determinado ya sea interior o exterior deberá responder a estas particularidades disciplinares. ¿Cómo es o debe ser un espacio para la integración que rompa barreras de pertenencia?  La pregunta habla a las claras de la importancia y complejidad de la cuestión a resolver. Cada espacio que componga la propuesta urbano-arquitectónica debe ser puesto bajo reflexión, ya que en esta se debe lograr la definición de aquella pregunta inicial. Por lo tanto el estudio y definición de los usuarios, el lugar de implantación, las escalas espaciales, los materiales de construcción son nuestros elementos a poner bajo reflexión para acertar en la composición de estos espacios de integración social.
Las Artes Urbanas en las Escalas de Intervención Teniendo en cuenta las dos escalas de intervención: 1 estrategia del tejido urbano, 2 estrategia
proyectual del equipamiento; las artes urbanas como tema problema deberá permitir a la configuración urbano-arquitectónica en las dos escalas a la vez que conformar una unidad barrial desde el espacio público a los usos generales y particulares.
En la escala uno, “Estrategia del Tejido Urbano” el arte urbano como práctica comunitaria conformará la red de usos y actividades exteriores, complementando la propuesta de espacio público. En esta escala de aproximación el arte urbano se desarrollará como actividad que de
cuenta de un uso real y efectivo del espacio público propuesto para la estructuración general del sector. Desde la práctica y puesta en escena de las artes urbanas se procurará dotar de sentido social a la intervención, se generarán situaciones de apropiación por parte de los usuarios, se facilitará al control social de los espacios propuestos a partir de asegurar mediante las actividades planteadas una permanencia efectiva de la gente en los espacios públicos. Se pretende a través del arte urbano que la gente (vecinos) encuentre en estos espacios comunes posibilidades de encuentro, intercambio, permanencia, y reconocimiento entre todos. Esta escala es un todo urbano en sí mismo, por lo tanto son determinantes los espacios y situaciones de transición dentro de la estructura urbana propia del sector a intervenir.Es preciso entender que en esta escala de intervención es donde se propone la estructura urbana de soporte para las demás, es donde se proponen los usos generales, donde se define el criterio normativo del sector, se compone el paisaje urbano. Se ensaya una idea de ciudad. Por lo tanto la reflexión sobre los conceptos del arte urbano también deben reflexionarse desde estas perspectivas. En síntesis, en la escala uno, el arte urbano es un elemento estructurante más del sector general a intervenir. Será determinante incorporar a este como herramienta de diseño.
En la escala dos, “Estrategia Proyectual del Equipamiento” el deporte social seguirá actuando como estructurante del área. Aquí el cambio de complejidad está dado en la incorporación de viviendas en relación a la propuesta de espacio público y una escala de diseño mayor a la intervención uno.Estas viviendas deberán dar cuenta de los nuevos modos de habitar contemporáneos, donde el emergente producto de las artes urbanas es un nuevo modo en sí.
En esta escala de intervención se profundizará la propuesta de espacio público, en la cual se definirán las actividades culturales propuestas en relación al sector y al sitio.
En esta escala de intervención tanto las nuevas viviendas como la profundización en la propuesta de espacio público tenderán a la configuración en la definición del tejido urbano resultante.La Escuela de Artes Urbanas desarrolla su edificio particular a la vez que termina de componer la propuesta general llevada a cabo en la anterior escala de intervención.
El edificio del equipamiento cultural compondrá una situación urbana arquitectónica por demás compleja, ya que deberá proponer y resolver sus distintos frentes urbanos que estructuran la escala 2 de intervención.
Capitalizando estas situaciones, la escuela de artes urbanas deberá dar respuesta funcional, espacial y tecnológica a las condiciones particulares y generales que se desarrollaron en el comienzo del documento.
En esta escala la propuesta de espacio público deberá desarrollarse con un profundo grado de detalle, donde se pueda verificar la relación espacial de este con la del edificio cultural, actuando como unidad urbana.
La escuela de artes urbanas tiene en su programa arquitectónico tres módulos particulares, que se interrelacionan espacial y funcionalmente constituyendo una unidad.
Estos módulos son: módulo de documentación y divulgación, módulo de formación y representación y módulo de extensión.
En el módulo de documentación y divulgación se desarrollan las actividades que tienen que ver con la investigación orientada hacia las artes de tipo emergentes, en el módulo de formación y representación se desarrollan las actividades propias de enseñanza de las distintas practicas y modalidades de las artes urbanas y; en el módulo de extensión se desarrollan actividades de
gestión e inserción laboral.
En esta escala se desarrollarán las cuestiones referentes a la multifunción y al polimorfismo.
Categorías estas, que dan cuenta de la complejidad de nivel IV.
Los espacios multifuncionales y de morfologías variables son los que se entienden como espacios de grandes luces y en ellos se desarrollan las actividades de integración.
Es decir, que el criterio en el manejo de las escalas tenderá también a producir situaciones de integración e inclusión social.


La selección tecnológica y su uso racional son otro de los componentes proyectuales que, deberán estar pensados y reflexionados en dirección a facilitar la comprensión social del equipamiento deportivo por parte de los usuarios todos. 










1 Lo que sigue a continuación está basado en el enfoque propuesto en el Proyecto de Investigación “Renovación urbana en la ciudad construida.
Identificación de pautas de intervención en los tejidos tradicionales de la ciudad de córdoba. Caso barrio San Vicente”. Director: Mariano Faraci; Co-
Directora: Celina Caporossi; Integrantes docentes: Federico Litvin; Juan Ignacio Barrionuevo; Ivan Kustich; Diego Goldner; Belén Tosello; Fernando Pájaro;
Pedro Rapallo; Luis Salvay y Celeste Guerrero. Integrantes Adscriptos Egresados: Luciano Mansilla; Agustín Massanet y Diego Peralta. Integrantes
Adscriptos Alumnos: Martín Benavides y Magdalena Hidalgo